El embudo de conversión, también conocido como “funnel de ventas”, es el proceso por medio del cual se acompaña a los clientes potenciales del negocio a través de las diferentes etapas que deben atravesar hasta realizar una compra. Así como en un embudo real, en el cual la parte superior es más ancha y se estrecha hacia abajo, en el “de conversión” muchas personas pueden estar interesadas en un producto o servicio al principio pero a medida que avanzan en el proceso de compra es normal que solo algunas terminan realizando efectivamente la compra.

A lo largo de todo el proceso es fundamental que la empresa guíe al usuario por las distintas fases, con una estrategia bien definida en función de su posición en el embudo.

¿Cuáles son las etapas de un funnel de conversión?

El modelo de funnel de ventas AIDA (Atención, Interés, Deseo y Acción) representa 4 fases:

Atraer atención:

Se busca captar la atención del cliente potencial. Para ello, se utilizan estrategias de marketing para destacar y llegar a ellos a través de diversos canales. Lo que se quiere lograr en esta etapa es que empiecen a conocer la marca y sepan que hay algo que les puede interesar.

Generar interés:

Una vez que se tiene la atención del cliente, el siguiente objetivo es despertar su interés hacia el producto o servicio. Lo que se quiere es lograr que se sientan motivados a comprar y para ello se deben comunicar los beneficios y características de los productos.

Crear deseo:

Para despertar y generar el deseo de compra en el cliente, se les mostrará cómo determinado producto o servicio puede satisfacer sus necesidades y resolver sus problemas.

Impulsar la acción:

En esta última etapa del embudo, el potencial cliente ya está convencido de comprar, solo le falta tomar la decisión final. Para ayudarlo e impulsarlo a avanzar, es fundamental simplificar al máximo el proceso de compra, ofrecer opciones de pago convenientes y eliminar cualquier obstáculo que pueda hacerlo dar marcha atrás.

¿Cuáles son sus ventajas?

1. Mejor comprensión del proceso de compra: el embudo permite visualizar y comprender las etapas por las que pasan los clientes potenciales, lo que ayuda a identificar áreas de mejora y optimizar la estrategia.

1. Enfoque personalizado: adaptar las acciones y mensajes en cada etapa del embudo para satisfacer las necesidades y deseos específicos de los clientes potenciales aumenta las posibilidades de venta.

1. Aumento de la tasa de conversión: al guiar a los clientes potenciales a través del embudo, se puede nutrir su interés, generar confianza y motivarlos a tomar acción, lo que se traduce en un aumento de la tasa de conversión.

1. Eficiencia en la asignación de recursos: al comprender dónde se encuentran los clientes en el proceso, es posible enfocar los recursos y esfuerzos en las etapas clave, maximizando así el retorno de la inversión.

1. Seguimiento y optimización: realizar un seguimiento detallado de los resultados en cada etapa, lo que brinda datos e información valiosa para ajustar y mejorar la estrategia de marketing.

En resumen, el embudo de conversión es una herramienta fundamental en el marketing digital, ya que ayuda a comprender y mejorar el proceso de conversión de los clientes potenciales en clientes reales.